Guerra total en New Jersey para el UFC 302. Amplio favorito en las apuestas, Islam Makhachev cumplió y derrotó por sumisión en el quinto round a la leyenda, Dustin Poirier.

Pero la pelea no fue el paseo que todos imaginamos para Islam, amplio favorito en las apuestas, número uno libra por libra, quizás el campeón mas dominante de todas las categorías de la UFC, Makhachev tuvo que hacer su máximo esfuerzo para doblegar el corazón de un Poirier que dejó todo en lo que pudo ser su última pelea.

El primer round fue de un dominio de total de Makhachev, que conectó bien arriba y cambió el nivel para llevar la pelea ras de lona, ganar la espalda de Poirier y trabajar con ground and pound mientras intentaba generar espacios para ir por un mata león.

Pero del segundo al cuarto round, la pelea se transformó en una guerra.

Poirier defendió los derribos de Makhachev, que con un stricking cada vez más depurado conectó rodillas desde el clinch, rompió la nariz de Dustin y le cerró el ojo derecho, mientras Poirier también crecía en volumen de golpeo y desde el clinch conectó un codo espectacular que cortó la frente de Islam.

Finalmente, en el quinto round, con un Dustin Poirier ya extenuado, Islam encontró la distancia para golpear, cambiar de niveles y tras un intento de single leg, pudo arrastrar el tobillo de Poirier, ganar la espalda encajar un d’arce choke que durmió al Diamante.

Espectacular victoria de Islam, que muestra cada vez más nítidamente que su sambo y wrestling no están solos, sino que van acompañados de un stricking cada vez más pulido, de un boxeo en alza y se hace como, quizás, el artista marcial mixto más completo que jamás haya pisado un octágono de MMA.

Mientras que para Dustin Poirier, el futuro tiene más olor a retiro que a otra cosa, después de perder contiendas titulares contra Khabib, Oliveira y ahora Makhachev, el mismo diamante fue directo al hueso en una entrevista posterior con CBS news, al expresar su certeza de que difícilmente pueda volver a conseguir una cuarta oportunidad por el campeonato mundial y sentenciar: «Sé que puedo competir con los mejores de estos tipos, pero si peleo de nuevo; ¿para qué estoy peleando?, ¿sólo para volver a pelear?, ya lo he hecho cincuenta veces, no lo sé, tengo una hija pequeña a la que quiero…honestamente creo que esto puede ser el final.”

Y, si esto es el final, puede sentirse orgulloso de ser uno mejores de la historia, aún sin haber sido campeón.

Ante un Prudential Center colmado y al grito de ¡USA!, ¡USA!, con Donald Trump entre el público y un ambiente hostil, un ruso del Daguestán fue, una vez más, torazo en rodeo ajeno.

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