Ex campeón de peso mediano y semipesado de Glory Kickboxing, ex campeón de peso mediano y actual campeón de peso semipesado de la UFC. Campeón de dos categorías diferentes en dos disciplinas diferentes. Difícil de conseguir y maravilloso de apreciar para los amantes de los deportes de combate, la perspectiva histórica que da el tiempo sabrá ubicar a Poatan en el lugar de privilegio que ya se ganó holgadamente.

Pero pasemos a los hechos acontecidos anoche en el T-Mobile Arena de Las Vegas. Porque no era una pelea más para Alex Pereira: el ex campeón Jiri Prochazka demostró ser, quizás junto a Magomed Ankalaev, de los luchadores más duros en las 185 libras. Un peleador completo, con un buen sticking, que puede ir al suelo y arreglárselas muy bien y que en la primera pelea le dio un primer round muy duro a Pereira. Es cierto que en el segundo el gancho de izquierda de Pereira lo noqueó como a todos los que toca, pero aquel primer round nos dio a entender que Prochazka podía llegar a hacer algo más en un segundo combate.

¿Nos equivocamos?. Es posible, hoy es fácil decirlo, pero los hechos son incontrastables; en esta revancha Poatan Pereira dominó la distancia con una técnica exquisita. En el primer round conectó low kicks con pasmosa facilidad sin que los cambios de guardia de Prochazka lo detuvieran, alternó con delectación de artista su jab de derecha, el recto de derecha y las front kicks para presionar a Jiri y esperar el espacio para meter ya legendario gancho de izquierda. Gancho de izquierda que todos veíamos que se venía en cualquier momento porque la guardia de Prochazka… bueno, la guardia de Prochazka merece un párrafo aparte, porque bajar totalmente la guardia todo el tiempo contra una de las manos más pesadas libra por libra, si no se tiene el timing o los reflejos necesarios para leer los golpes del rival, es un suicidio.

Así fue cómo en simultáneo con el timbre final del primer round llegó ese gancho de izquierda de Poatan que dejó sentado a Prochazka. Esa fue la imagen final de Jiri en los primeros cinco minutos, sentado en el piso, visiblemente sentido y, seguramente, psicológicamente frustrado. Porque Pereira no le dio una sola oportunidad, incluso cuando Prochazka intentó presionar en la reja para llevar la pelea del clinch al suelo fue totalmente impotente. No pudo hacer absolutamente nada Jiri.

El desenlace, así, estaba al caer y nada más empezar el segundo round el campeón lo hizo efectivo. High kick izquierda plena a la cabeza descubierta de Prochazka y final con grand and pound para que Poatan retenga el título y mande a Prochazka a replantearse como seguir después de semejante knock out.

Epílogo, una mirada al futuro.

¿Qué sigue para estos dos guerreros? Jiri Prochazka supo ser una de las mejores promesas de las MMA hasta hace muy poco tiempo. Después de aquel KO brutal que le dio a Dominik Reyes se coronó campeón sometiendo en una guerra a Glover Teixeira, hasta que tuvo que renunciar a su título por aquella lesión en su hombro. Entonces,  después de sufrir dos KO en sus últimas tres peleas, Jiri debería poder descansar y recomenzar después. Revisar su estrategia, ese boxeo de guardia baja debe ser observado por su equipo y debe ordenar sus herramientas: recordar que tiene un sticking descomunal, que de pie supo ser una bestia parda y que su wrestling y su grappling son buenos también. Tiene que volver Jiri, puede hacerlo, pero primero tiene que respetar sus tiempos y recuperar su fortaleza.

En cuanto a Pereira, él ahora mismo puede hacer lo que quiera. De ocho peleas en la UFC ganó siete y lleva cinco peleas campeonato con dos títulos en dos divisiones diferentes. Venció ex campeones como Adesanya, Hillary, Prochazka dos veces y hasta a Sean Strickland, quien más tarde sería campeón. En la entrevista post fight en el octágono se mostró disponible para pelear con quien la empresa disponga,  pero dejó entrever su deseo de subir a los pesos pesados por un tercer cinturón. En los pesos pesados reina Jon “Bones” Jones, el GOAT, el mejor luchador de MMA que se ha visto jamás y, como soñar no cuesta nada, toda la comunidad de los deportes de combates ya se relame con la posibilidad de un combate de proporciones épicas.

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