Estaba todo dado para que Manchester sea una fiesta. El campeón León Edwards defendía el título en su casa partiendo como amplio favorito contra el siempre complejo Belal Muhammad…
Una guerra de estilos, la lucha y la presión de Belal contra el sticking pulido y estilizado de un León que, más allá de su destreza para la pelea de pie, supo arreglárselas con luchadores top como Kamaru Usman y Colby Covington, venciéndolos en sendas defensas de su cinturón.
Pero la bandera palestina de Belal Muhammad ondeo triunfante en Inglaterra, merced a un dominio abrumador basado en el timing para derribar al campeón ¡nueve veces!, el control a ras de lona y, sorprendentemente, a un control prácticamente total de la distancia en la pelea de pie que cimentó la presión asfixiante que necesitaba imponer Belal para derribar, y que le impidió al campeón salir del asedio contra el enrejado del octágono durante toda la pelea.
Es que incluso el tercer round, el único que pudo ganar Edwards, era dominado por Muhammad hasta que un error del propio palestino en las transiciones en el suelo, estando con la espalda de Edwards ganada, le dio el control de piso al campeón. Pero aquello fue sólo un espejismo. Muhammad volvió a ganar el cuarto y quinto round con una holgura decisiva para llevarse una decisión unánime inobjetable.
Para Belal Muhammad fue cumplir un sueño personal y, además, una victoria dedicada a los que libran “la verdadera guerra en Gaza”, como dijo en la entrevista Post Fight.
Victorias contundentes ante monstruos como Gilbert Burns, Vicente Luque, Sean Brady o Stephen Thompson lo convierten en un más que merecido acreedor al cinturón. Manejó como un títere al campeón, y en cuanto a León Edwards, su reinado quedó absolutamente desdibujado por esta pálida actuación, y es difícil imaginar una revancha inmediata. Le tocará escalar otra vez los peldaños que sean necesarios, repensar una noche para el olvido y volver a empezar desde un lugar mejor.
Desde anoche, la gloria es toda para Muhammad, un campeón palestino en el centro de poder de los deportes de combate.

