Sensaciones encontradas para una nueva derrota de Boca Juniors como visitante
Boca perdió 0-3 contra un más que modesto Tigre en el debut de Fernando Gago al frente de la conducción técnica, y sigue complicando sus chances de clasificar a la Copa Libertadores 2025. Pero fue una derrota extraña. Porque en el primer tiempo, Boca arrancó presionando muy bien, con los dos centrales más cerca del círculo central que del arco propio, recuperando rápido y tratando de centralizar a los internos para que pasen los laterales a juntarse con los extremos, y así buscar al nueve o hacerlo bajar para iniciar con los internos centralizados.
Fue una ilusión que duró poco más de diez minutos. Ilusión a la cual Tigre la resolvió muy fácil, apostó a ganar la segunda pelota, la ganó y saltó la presión con pelotas largas de los centrales a los delanteros, que jugaron a espaldas del cinco xeneize, explotando los espacios entre los centrales y los laterales adelantados del xeneize, preferentemente entre Advíncula y un Anselmino de un primer tiempo de nivel «subterráneo».
Así las cosas, con Boca desorientado y sin plan B, Cardozo se hizo dueño del mediocampo y Maroni manejó los tiempos de un primer tiempo en el que los bosteros casi agradecieron que sólo terminara 1-0 abajo.
Pero había técnico nuevo, un producto de la casa, y la esperanza de un segundo tiempo mejor renació post entretiempo. Y se materializó en el campo. Gago, sin hacer cambios, ordenó a los jugadores de otra manera y cambió el sistema sin mover el banco. Y la visita, sin concretar en el arco rival, es cierto, dominó tácticamente a Tigre y por momentos se acercó a someterlo.
Miramón, de buen partido, pasó a arrancar de la izquierda al centro para juntarse con Blanco y volver al medio abriendo el lateral, Zenón pasó a la derecha casi como wing para jugar con Advincula y Medina, intermitente como casi todo el último tiempo, flotó de derecha a izquierda a la misma altura de Miramón.
Mención aparte a un ítem destacado: Gago inventó, en la pesada e interminable noche de Victoria, un puesto; el falso tercer volante. Porque Merentiel que había estado incómodo de wing izquierdo, pasó a jugar libre partiendo del medio pero con la única misión de jugar al espacio y terminar en el área. Una novedad táctica de Gago que funcionó, porque Boca jugó un buen segundo tiempo y perdió solamente por errores propios. Mala salida de Blanco, córner y gol de Tigre. Con diez minutos de segunda pelota y pelotazos largos como en el primer tiempo, al local le bastó para definir el partido. Y el tercer gol fue un bonus exagerado para el Matador de Victoria. No hubo tal diferencia entre los dos equipos, y la resultante es un sabor agridulce en todos los xeneizes, tras haber sentido que hay una idea interesante para desarrollar con Gago, que hay material también y que no todo es tan gris como lo pintan los medios hegemónicos de raigambre angelicista.
Habrá que barajar y dar de nuevo, una vez más. Habrá que respirar hondo y aguantar hasta que escampe. Los bosteros sabemos bien qué es eso, llevamos los suficientes años consecutivos en primera división como para saber lo que es sufrir y sonreír después.