Ankalaev cumplió con su palabra, peleó de pie contra el mejor striker de la UFC, lo hizo retroceder todo el combate y se quedó con el cinturón de campeón.
Nadie le creía al ruso cuando decía que no iba a usar su sambo para llevar a Pereira al suelo y dominarlo a partir de su mayor debilidad; Pereira es quizás uno de los mejores kickboxers del mundo y ese gancho de izquierda es la pegada más potente de las artes marciales mixtas, pero poco le importó al ruso que avanzó de pie, controló siempre el centro del octágono y conectó los mejores golpes.
El primer round fue parejo, pero ya se notaba la incomodidad del campeón, no supo pelear en retroceso y sufrió la postura del ruso. En el segundo asalto el dominio de Ankalaev fue abrumador y cerró el round con un gancho de izquierda hermoso que derrumbó a Poatan contra la reja y, si no lo hubiese salvado la campana, quizás terminaba la pelea mucho antes.
A partir del tercer round, Ankalaev comprendió que a partir su ventaja en las tarjetas le iba a alcanzar con sostenerse y apeló a dormir la pelea en el clinch al final de cada asalto después de dominar de pie.
Nunca tomó riesgos Poatan Pereira, le faltó rebeldía para salir adelante en la adversidad y soltar combinaciones para dar vuelta la pelea, nunca le encontró la vuelta al que sabía que era su retador más sólido y su reinado, brillante, rebosante de triunfos épicos, termina de una forma muy opaca.
Seguramente obtenga revancha inmediata, se lo merece por otra parte y sin dudas, hasta ese momento, no dejará de ser una de las figuras más importantes y convocantes en el mundo de los deportes de combate.


