El nuevo arancel del 100% a películas extranjeras complica la llegada de grandes títulos japoneses como Kimetsu no Yaiba y Chainsaw Man a los cines norteamericanos.
Una reciente decisión del presidente estadounidense Donald Trump vuelve a sacudir el tablero. A través de su red social Truth Social, anunció la intención de aplicar un arancel del 100% a todas las películas producidas fuera de Estados Unidos, con el argumento de “revivir” la industria local del cine. Sin embargo, la iniciativa ya generó polémica y preocupación, especialmente entre los fanáticos del anime.
La medida, comunicada el fin de semana del 4 y 5 de mayo, plantea un duro escenario para las distribuidoras que tenían previsto estrenar importantes producciones japonesas este año. Con este nuevo impuesto, se abre un interrogante sobre los costos, las fechas de lanzamiento y, en algunos casos, la viabilidad misma de llevar estos films a las salas de cine estadounidenses.
Golpe directo al anime
Si bien la medida apunta a todo el cine extranjero, el anime japonés podría ser uno de los más afectados. Películas como Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba – Castillo Infinito y Chainsaw Man – TheMovie: Reze Arc estaban en el radar de los estrenos más esperados del año en Estados Unidos. Ahora, su llegada podría verse demorada o incluso descartada.
Otros títulos que también están en riesgo incluyen nuevas entregas de Gundam y una producción de Lupin III, así como relanzamientos de clásicos que venían teniendo una muy buena respuesta del público en salas norteamericanas.
Más allá de la pantalla grande
El impacto no se limita sólo a los cines. Plataformas como Crunchyroll, que muchas veces dependen del circuito de exhibición en salas para negociar licencias o estrenos exclusivos, también podrían verse arrastradas por este cambio. Aunque aún no hay comunicados oficiales por parte de las plataformas o los estudios japoneses, el escenario es tenso y el mundo del entretenimiento observa con atención.
El mercado reaccionó de inmediato: empresas como Disney, Warner Bros. Discovery y Paramount registraron caídas en sus acciones, lo que muestra que la medida no pasó desapercibida.
Una barrera inesperada
Todavía no hay una fecha concreta para la implementación del nuevo arancel, pero el Departamento de Comercio ya está moviendo las piezas para activarlo. De concretarse, afectará tanto a las grandes producciones internacionales como a propuestas más pequeñas, dificultando su llegada al mercado estadounidense.
Para los estudios japoneses, esto significaría menos ingresos, más trabas para distribuir y una presencia reducida en uno de los mercados clave para su crecimiento global. Y para los fans del anime, podría tratarse de un parate inesperado en una época de auge del género.
“Queremos películas hechas en Estados Unidos, otra vez”, escribió Trump en su publicación, dejando claro el objetivo de la medida. Pero en el intento de impulsar la industria local, podría estar cerrándole la puerta a un fenómeno cultural que hoy tiene millones de seguidores alrededor del mundo.