En esta nota me enfoco en el por qué de la caída de jugadores tan agresiva que tuvo el título, y el aparente desinterés de la desarrolladora con respecto a agregarle más contenido.

Para aclarar, partiré de la siguiente base, y es que el juego no es malo en sí, o no es un juego sin acabar como muchos dijeron en su momento; tampoco que haya sido un fracaso como tal (las ventas en su salida  hablan por sí mismas). Lo que considero es que este juego ha explotado el llamado “Efecto WOW” (atraer la atención hacia un producto a partir de un elemento que genere una gran impresión de buenas a primeras), valiéndose más de la nostalgia que genera la saga que por el producto en sí; producto el cual, a pesar de su muy destacable apartado gráfico, hablando a nivel de juego no presenta la innovación esperada para el resurgir de una saga cuyo último título salió hace ya 18 años.

Esta práctica de hacer un juego renovado de una saga conocida gráficamente, a nivel de interfaz, en banda sonora y otros detalles mínimos; dejando el apartado de la jugabilidad exactamente igual a su predecesor, o al juego que reinventa, no es algo tan común, pero su repetición es un tanto alarmante. Para poner otro ejemplo a mencionar, el último trabajo del estudio Konami, Metal Gear Solid Delta: Snake Eater, si bien también es un muy buen juego sufre de exactamente lo mismo: nula innovación y sensación de estancamiento a nivel de juego; valiéndose más del estatus de culto de la obra a readaptar, que adaptándola al contexto actual correctamente.

Personalmente, considero que la caída de los jugadores que tuvo este título, cuyo objetivo se entiende era ir reemplazando los productos ya más longevos de la franquicia (Dragon Ball: Xenoverse 2 de 2016, por ejemplo) y enfocar todo en este; se da por ciertos defectos de diseño que posee el juego y que acarrea de sus predecesores de hace ya casi 20 años. Con nulos aditamentos a su jugabilidad, agregados de sucesores espirituales; que no cumplen con las expectativas y estándar de calidad que los fans esperaban de esta saga (considerando la trayectoria de la empresa con la franquicia, y los múltiples acercamientos exitosos que tuvieron a lo largo de estos años con diferentes conceptos de “juegos de peleas”; se esperaba que a esa jugabilidad sólida, pero algo anticuada, se le fueran agregando opciones y mecánicas que sumaran a una experiencia más completa de juego).

Esto no quiere decir que no haya luz al final del túnel. Lo que nos queda ahora mismo es la promesa de un juego que puede llegar a ser lo que nos prometieron e incluso más; el mismo Xenoverse 2 antes mencionado tuvo varios agregados a su jugabilidad que cambiaron el juego para bien. Sin embargo, el estado actual del título podríamos describirlo como “olvidado”; la empresa saca poco contenido para la parte de un jugador con sus expansiones, teniendo pocos mapas, nula sensación de diferencia entre sus personajes, un modo historia mejorable, opciones de creación de historias propias muy básicas, entre otras cuestiones (cosas que la comunidad pide que cambien). Y para la parte de multijugador, un juego que incentiva un acercamiento competitivo en un contexto de desbalance entre los personajes que vuelve la experiencia en este ámbito algo monótona.

En conclusión, como juego para pasar el rato peleando con tu equipo contra diferentes personas online, para juntarse con amigos como en la infancia, o simplemente para disfrutar de las creaciones que hace la gente… está bien; aunque le falta mucho para ser lo que prometieron en un inicio. Mantengo la fe de que esto cambie en un futuro.

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