En medio de tantas acciones vomitivas desde arriba del escenario de un menos que penoso intento de recital de rock, todavía fluyen buenas noticias para el pueblo trabajador.
Hace por lo menos 25 años que me intereso por las problemáticas de las empresas recuperadas por sus trabajadores. Tarea titánica, llena de adversidades de un «sistema» hecho a obra y gracia de las patronales (y no importa cuando leas esto), sin embargo en no pocas oportunidades, han logrado levantar, y sostener por muchos años esos impulsos cooperativistas, y hasta sumar nueva mano de obra.
En este contexto donde, lo veamos o no, todos los cimientos que constituyen a nuestra nación se derrumban (y a esta altura, añado: inexorablemente), un gobierno, provincial, en este caso bonaerense, se ocupa en favorecer a las empresas recuperadas.
Cortito y al pie: Provincia de Buenos Aires. El gobierno de Axel Kicillof prorrogó la emergencia económica, financiera y tarifaria para las fábricas recuperadas, que actualmente suman 155 empresas con más de 4.100 trabajadores. La norma suspende desalojos y cortes de servicios.
Una bocanada de aire para poder seguir luchando por el elemental derecho a trabajar y vivir decentemente. Ni más ni menos.