«Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo».
El Semanario Huellas condena absolutamente el intento de censura que por estas horas intenta aplicar el gobierno nacional y sus principales figuras, desde Javier y Karina Milei, hasta Guillermo Francos y Patricia Bullrich entre una prolongada lista de actores que, amparados en un juez colmado de denuncias en su contra.
Acorralados en un continuum de escándalos de corrupción que sobrepasan el calificativo de lo grotesco y ruin, tras la difusión de los audios del ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, sobre presuntas coimas que involucran a la primera plana del Ejecutivo, el Gobierno denunció ante la Justicia un operativo de inteligencia ilegal «con el fin de desestabilizar el país en plena campaña electoral».
Curiosamente, logró una cautelar del Poder Judicial para evitar que se reproduzcan las filtraciones que salpican a la secretaria de Presidencial, Karina Milei, y su asesor Eduardo «Lule» Menem. El juez que tomó tamaña decisión es el Dr. Alejandro Patricio Maraniello, magistrado que, según circulan con mucha fuerza los rumores, en las próximas horas sería suspendido por el Consejo de la Magistratura, por numerosas denuncias de maltrato y acoso laboral, entre otras linduras…
Entre los responsables a los que señala el Gobierno se encuentran el periodista Mauro Federico, el empresario Pablo Toviggino, el conductor Jorge Rial y el abogado Franco Bindi. En este marco, la Justicia ordenó allanamientos en sus domicilios y en el medio de comunicación “Carnaval Stream”.
No se trata ya sólo de la crisis económica devastadora, que nos encontramos en el umbral de comenzar a padecer a escala nacional. Se trata de un marco gubernamental –amparado por integrantes del poder Judicial, grandes multimedios y holdings empresariales de primera magnitud- que pretende retrotraer a la construcción de nuestra sociedad hasta antes del 10/12/1983. Donde ellos puedan decidir con todo el peso de su autoritarismo, quiénes son periodistas, quiénes no, quiénes son amigos, quiénes son «terroristas»… y buscan avanzar en el armado de una sociedad donde este círculo de poder real tenga la potestad sobre todas las cosas.
El pueblo trabajador argentino, estamos convencidos de esto porque la historia así lo demuestra, no permitirá que avancen toda esta clase de atropellos institucionales. No podrán.