Entrevista a Elizabeth Correa, técnica radióloga, trabajadora despedida del Hospital “Dr. Alejandro Posadas”
Elizabeth es miembro de la Comisión de Trabajadores Despedidos e integrante de la CICOP (Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires). Es uno de los casi 100 despedidos recientes del emblemático hospital Posadas, ubicado estratégicamente en zona limítrofe de los municipios de Tres de Febrero, La Matanza, Morón y Hurlingham, por lo cual su recepción histórica de pacientes se cuentan de a miles cada día.
Técnica radióloga de profesión, trabaja en el sector de imágenes desde hace 8 años, pero su inserción laboral en dicho nosocomio se remonta a 1999, en un principio como mucama en el sector de cocina de los pisos de internación. Luego se fue formando profesionalmente, hasta llegar a su puesto de trabajo que aún debería estar en plena vigencia, y por el cual reclama.
Es miembro de la Comisión Directiva de la CICOP desde hace sólo 1 año “Estaba comenzando a dar los primeros pasos en la militancia sindical” señala, y añade que estas decisiones de parte de la cartera gubernamental no la toman por sorpresa, si bien considera que la manera de ejecutar los despidos fue “abrupta… recibí la notificación por un correo electrónico interno… ya se estaba corriendo el rumor de que había una lista, pero no me lo esperaba por lo menos en mi caso. Hasta que el 28 de junio se me notificó que estaba desvinculada del trabajo”. Para peor, comenta que la notificación aclara que su “desvinculación” está fechada a finales del mes de marzo, por lo cual la mantuvieron otros tres meses trabajando con contrato vencido.
Advierte el shock que genera esa clase de situaciones, en su caso tratándose de una mamá de tres hijos y única sostén de familia. Hasta que el cimbronazo inicial pasa, y la segunda reacción es comenzar a agruparse entre compañeros despedidos. La resistencia comienza.
Allí se entera de decenas de profesionales de laboratorio, de áreas como neumonología, nutrición, asistencia social, kinesiología, traumatología y otras… todos “desvinculados”, eufemismo con el cual el ministerio de Salud refiere al despido de esos trabajadores.
Tampoco era lo ideal la metodología de contratación que venían teniendo estos trabajadores de la salud. Lo explica Elizabeth: “Veníamos firmando un contrato anual, y eso vuelve a cambiar cuando asume este gobierno, y la extensión de los contratos los pasan a trimestrales. Pasaron por arriba toda la Ley de Contrato de Trabajo”.
Nos recuerda Elizabeth que desde el principio de este año, ellos ya venían evaluando que se les avecinaba una “situación crítica”. También advierte que desde tiempos de pandemia y en especial una vez finalizada la misma, la demanda de atención y el nivel de patologías “se fue agravando y ya este año la mayor demanda viene ligada a la pérdida de empleo de muchas personas, al empobrecimiento, al no poder sostener una prepaga o una obra social… todos terminan en el hospital público”. En el caso del hospital Posadas, al tener tan vasta diversidad de áreas de atención, el flujo de pacientes es cada vez más elevado.
“Vislumbramos que el gobierno no va a poner presupuesto para el hospital… pretenden seguir recortando en salud y educación… el escenario que se viene no es prometedor, por el contrario: es triste, porque pensamos que todo esto va a seguir ocurriendo, van a seguir despidiendo… por ende, hay que dar una respuesta inmediata, contundente, y no permitir que se apague la llama de la lucha”
“Tengo tres hijos, este era mi único ingreso, soy sostén de familia, así que más allá que una se siente golpeada en lo personal, tuve que salir a dar la pelea” sintetiza.
Lo colectivo por sobre lo individual. Pelear por las reincorporaciones y en simultáneo pelear por la salud pública
“Hay que pelear para recuperar las fuentes laborales y también por la salud pública… las áreas más sensibles del hospital las quieren vaciar, por ejemplo, Asistencia Social quedó prácticamente vacía… cuando en un hospital público recibimos a gente que hasta llega sin comer para poder pagar el transporte público” grafica con demoledora elocuencia.
Organizar a los trabajadores en la resistencia y la lucha para frenar la oleada de despidos y lograr la reincorporación de los ya “desvinculados”
“Se han acercado al hospital muchos compañeros solidarios desde otras ramas laborales, algunos también despedidos. Han venido a acompañarnos trabajadores de Aerolíneas Argentinas, del Hospital Garraham, personal de la CICOP del resto de la provincia. Hicimos una marcha el 1º de agosto hacia el ministerio de Salud, de donde no hemos tenido respuestas, así como tampoco de la Dirección (del propio hospital)… construimos un puestito que lo llamamos El Kiosquito de la Resistencia, con el cual recaudamos fondos para el plan de lucha y para ayudar a los trabajadores que quedamos sin trabajo”, describe Elizabeth, haciendo gala de la más tradicional solidaridad obrera.
Algunas reflexiones en la propia voz de Elizabeth Correa
No obstante, ni siquiera les dejan margen para eso. Prosigue ella con su testimonio: “La semana pasada vino la Policía Federal a desalojar nuestro puesto… ese día -18 de septiembre- realizábamos una ronda de apoyo a nuestra lucha, y gracias a la presencia de los compañeros que nos acompañaron, entre ellos concejales de Hurlingham, personal de la CICOP Morón y de varias otras procedencias, impedimos el desalojo en sí. De todos modos, nos labraron un acta que ya está radicada en el Juzgado Nº3 de Morón. Estamos esperando a ver si nos llaman a declarar, pero lamentablemente tuvimos que poner en un compás de espera al kiosco, aunque vamos a seguir haciendo medidas bajo el paraguas gremial” aclara.
También anticipa que mañana 25 desde las 9 de la mañana ofrecerán un “desayuno solidario”: “Vamos a repartir mate cocido a los pacientes de manera gratuita, tanto para solidarizarnos con la situación de los pacientes, como para intercambiar nuestras posturas frente a los despidos, rechazar el desalojo del kiosco y seguir transitando el camino de la lucha” destaca desde la profundidad de sus convicciones a prueba de toda clase de presiones.
Remarca Elizabeth que todo este batifondo acarrea mayores dificultades en la entrega de turnos. Hay mucha más demanda y menos personal. “No sobra nadie en el Posadas ni en ningún centro de salud” espeta.
El abrazo solidario con el Obispo de la Diócesis de Morón
Tal como informáramos ayer desde este medio, fueron recibidos por el Obispo de Morón, Mons. Jorge Vázquez: “Tuvimos una charla muy cálida, de una gran recepción y apertura para con nosotros, escuchó todo lo que tuvimos para manifestar… son ámbitos de mayor calidez, así que personalmente le pude transmitir todas mis angustias y el cambio que este despido generó en mi vida y la de mis hijos. Acordamos futuras acciones conjuntas para respaldar nuestra situación, (el Obispo) se solidarizó en un todo con nosotros, y la verdad fue un abrazo al alma que necesitábamos, en el marco de lo que nos viene sucediendo. Fue un encuentro muy movilizador para nosotros”.
Esta lucha se sostiene y continuará. Y en tal dirección, desde Diario Huellas proseguiremos en permanente comunicación con Elizabeth y demás trabajadores del hospital Posadas, para informar a la comunidad acerca de este mojón de resistencia social a la avanzada depredadora, esencia y disfrute mismo del plan de ajuste que viene perpetrando el gobierno nacional.