En un escenario global marcado por tensiones geopolíticas y la guerra comercial EEUU-China, la relación entre China y América Latina se fortalece a través de iniciativas como el Foro CELAC-China.
Este mecanismo de diálogo y cooperación que celebró su décimo aniversario en Pekín, reunió a líderes de la región, incluyendo a los presidentes de Colombia, Brasil y Chile, con el presidente chino Xi Jinping. La presencia de altas figuras de la política latinoamericana subraya la creciente importancia que ambas partes otorgan a esta relación.
China busca expandir su influencia en América Latina, desafiando el predominio tradicional de Estados Unidos, mediante la oferta de créditos significativos y la implementación de políticas de exención de visado. Estas acciones se interpretan como un esfuerzo por profundizar los lazos económicos y estratégicos con la región. Al mismo tiempo, los países latinoamericanos, liderados por figuras como Lula da Silva, buscan diversificar sus alianzas y promover un desarrollo que no dependa exclusivamente de las potencias tradicionales.
El comercio bilateral ha experimentado un auge notable, superando los 500.000 millones de dólares, lo que evidencia la complementariedad entre las economías de China y América Latina. China se enfoca en asegurar el suministro de recursos naturales y promover proyectos de infraestructura, mientras que América Latina busca en China un socio para impulsar su industrialización e innovación.
En el ámbito político, la cooperación se extiende a la defensa del multilateralismo y la reforma de la gobernanza global. Los líderes de ambas partes abogan por un sistema internacional más equitativo y representativo, que refleje la multipolaridad del mundo actual. Temas como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la lucha contra la pobreza también ocupan un lugar destacado en la agenda de cooperación.
En resumen, la relación entre China y América Latina se caracteriza por una creciente interdependencia económica y una convergencia de intereses en el plano político, con el objetivo de construir un futuro compartido basado en el respeto y el beneficio mutuo.
Argentina fue el único país de los 33 integrantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se negó a firmar el documento final de la IV Reunión Ministerial del Foro CELAC-China , divulgado en Beijing el 13 de mayo.
Los representantes de la Cancillería argentina viajaron con el mandato delineado en EEUU, consistente en hostigar a China para impedir que se convierta en la primera economía global.
El Gobierno de Javier Milei se constituyó en una administración “paria” para el resto de América Latina y el Caribe. Los gobiernos derechistas de la región rubricaron el documento final de 28 puntos que promueve el multilateralismo, impulsa la integración regional, defiende la soberanía y cuestiona el injerencismo estadounidense.

