Tuve un tío que un día del 76
les dijo a mis abuelos
que pasaba
a la clandestinidad
y nunca más
lo volvieron a ver.
Tuve una abuela madre de Plaza
de
Mayo
que tomaba vino blanco y
fumaba jockey club.
Tuve un papá que renunció a la
fábrica
para escribir literatura toda la vida.
Tengo una mamá astróloga y
templaria.
Tuve un Ford Ka bordó
que en otra versión
de la historia
hundí en un acantilado en Villazón, Bolivia.
Tengo una hija, Lupe, que a las víboras les decía vóbilas.
Tengo un hijo
Santino
que es tan adolescente como
yo.
Tuve dos novias locas
y una novia
yogui dark.
Tengo un amigo en España
que cuando
se
fue
me rompió el corazón.
Tuve un transa
maravilloso
cruzando Gaona
que te atendía
con una itaca
detrás de la persiana.
Tuve una novia andaluza
a la que apenas
pude coger
por
la tristeza.
Tuve
una
gata
llamada Catalina.
Tengo una chica en Palermo
que tiene miedo
de
quererme.
Tengo tres puntos suspensivos
a la espera
del huracán
enfermedades
y
bellezas
venideras.