Que lo entiendan todos los “pelucas” que desde distintas fuerzas políticas, empresariales, judiciales y mediáticas ponen el lomo para apuntalar como sea al hombrecito de Balcarce 50: Argentina ya no tiene más gobierno soberano. Argentina está siendo explícitamente gobernada por el Tesoro de los Estados Unidos, y detrás de esa área, el propio Donald Trump mientras juega al Bridge con “bibi” Netanyahu. Lo que ustedes apuntalan es una intervención colonial que humilla, acaso irreversiblemente, a la historia y al futuro nacional.
Y ustedes tendrán, por siempre, una elevadísima cuota de culpabilidad en haber forzado a la población a vivir de rodillas ante un imperio tan decrépito como aturdido en su propio laberinto, aparentemente ya sin salida.
A nivel nacional, los loros mediáticos aún andan orillando entre el colapso nervioso y una fingida euforia ante el desbarranco institucional nacional y el salvataje prometido –reiteramos, con total pérdida de soberanía a cambio, que a esas ratas con micrófono y cámara a disposición, seamos claros, no les importa tres pitos- por los Estados Unidos. Hasta pocos días atrás, economistas alineados a este sainete de ultraderecha, convocaban a conseguir divisas de la manera que fuere, y de lo contrario declarar el default. El resto es historia reciente. La semana más cipayamente pornográfica que podamos encontrar, al menos en los últimos 90 años, arremetió con toda su virulencia. Y Toto Caputo se llevó puestos –timbero serial mediante- al grueso de los productores rurales (que en muchos casos, seguirán votando estas opciones esencialmente antiperonistas, aunque los empujen a la quiebra. ¡Qué más da!) e hizo ganar cuantiosas sumas a un puñado de grandes exportadoras. Multinacionales, por cierto.
La falsa eliminación de retenciones resulta uno de los fraudes más colosales que hayamos visto – mucho más grave que las cripto de jamoncito y el 3% de Karina- y redundó en unos 1500 millones de dólares que fueron a parar a grandes exportadoras de granos, en vez de las arcas del Estado argentino. ¡Buenos muchachos, del primero al último!
Así, el gobierno obtuvo los 7000 millones en divisas que necesitaba para que el dólar no explote, al menos por algunas semanas (¿o días?). Las cerealeras no cometieron ningún delito, sólo se aprovecharon de la necesidad e imbecilidad de los “genios” del Palacio de Hacienda.
Luego, los Estados Unidos presionados por sus propios farmers, ordenaron reimponer las retenciones al agro. Y jamoncito ejecutó, como corresponde a lo que venimos señalando: un gerente administrativo de un estado colonial, sin capacidad de tomar decisiones con el mínimo atisbo de soberanía.
Casi entre paréntesis: en algún momento, esos pequeños y medianos productores de nuestra tierra, recientemente estafados por la movida efímera aplicada por el gobierno respecto a las retenciones, deberán replantearse en sus cabezas y organizaciones adónde los conduce esa inquina visceral, histórica y de a ratos histérica, contra todo lo que huela a un estado que siquiera establezca patrones elementales en la distribución de la riqueza.
Y siguen pasando cosas. A cual de todas más nefasta
El formidable apoyo político brindado por Trump a Milei, aún no es traducible a plata fresca. No nos cansaremos decirlo: No hay plata para Argentina, sino la eventualidad de aportarla una vez que los libertarios y sus numerosos socios obtengan una aceptable performance electoral. Desde el Tesoro yanqui en connivencia con el FMI, enfatizaron que el dinero se activará a cambio de que la gestión de Milei revele músculo en las urnas, deje flotar al dólar salga como salga el resultado en octubre, en básico mensaje implícito de devaluación. Y por supuesto, mantenerse serviles de cara a concesiones ligadas a recursos naturales, bases militares y todo cuanto fuese necesario para sacarse de encima a los chinos. Para empezar a calentar motores al respecto, ayer Milei sin consultar al Congreso, y después de un paso brevísimo por Tierra del Fuego de donde se tuvo que retirar abucheado, firmó un decreto autorizando el ingreso de fuerzas militares extranjeras a la base naval de Tierra del Fuego, entre el 20 de octubre y el 15 de noviembre. Puntos estratégicos si los hay en América del Sur.
Dicho y sea de paso, vaya mensaje amenazante: El día en que concurriremos a votar, habrá una flotilla de milicos yanquis apostados en la base naval de Tierra del Fuego. Háblenme de mensajes poco sutiles…
Frente a este escenario, vuelve a preponderar la pregunta de si, acaso, el bloque genuinamente opositor puede ser una herramienta de resistencia, o crecer hacia un espacio de construcción sólida de otro rumbo para el país. ¿Basta con sentarnos a esperar que enfrente sigan equivocándose, o se trata de armonizar acciones propositivas, y asumir la inexorable necesidad de suavizar matices que separan, y encolumnarse detrás de un liderazgo renovado?
¿Y qué papel juega la comunicación en todo ello? O es como siempre, una mera proclama bonita para ciertos sectores del progresismo, para después caer de pies y manos mostrándose políticamente correctos ante la mirada inquisitorial de los grandes medios, puestos casi en su abrumadora totalidad al servicio de los múltiples intereses del Imperio del norte? ¿Se construirá agenda a la búsqueda de romper el cerco colonial, y transitar el muy duro camino que nos lleve a recuperar una senda autónoma, integrada regionalmente y con espíritu geopolítico hacia un mundo multipolar? ¿O nos volveremos a conformar con ser aquellos que ofrezcamos al “sistema” ser los más prolijos para controlar el rumbo de país y de nuestra gente dentro del misérrimo lugar asignado dentro del tablero creado por el norte occidental?
Para ir cerrando desde este tópico que atañe a una herramienta que debería ser por demás esencial, como lo es la comunicación popular: Horrible mensaje el que dan desde organismos oficiales supuestamente “del palo” cada vez que les cercenan toda clase de recursos vitales para la supervivencia a estos medios comunitarios, que aportan una mirada necesariamente alternativa de nuestra realidad. Triste futuro cercano nos espera si, en vez de abrazar a estas muy esforzadas construcciones periodísticas, se les recortan o eliminan las pobres pautas otorgadas, se los destrata sistemáticamente, mientras no ahorran gastos en exuberantes shows, y se les cuelga un sambenito aquí y allá para que a la hora de las urnas, el ciudadano no sopese los innumerables baches aún vigentes, el deterioro de nuestras calles en cada barrio, las luces a led del alumbrado público que, una vez quemadas, a veces demoran más de un mes en ser reemplazadas, mientras se explicita la presencia de abundante presupuesto para ofrecer espectáculos que, hay que decirlo, evocan más a aquel pan y circo tan inherente a la raza humana de todos los tiempos, que a una fuerza que busca romper con esta telaraña colonial, desde una probada austeridad y redistribución de recursos, orientados más hacia aquellas construcciones comunicacionales que realmente podrían apuntalar al necesario proceso de cambio a favor de los sectores populares de nuestra región.
No le soslayemos la culpa de los votantes, que se han alejado de toda la ÉTICA y MORAL con la que llevamos adelante esta sociedad.