Quien fuera vicepresidente de la Nación, hace 87 años y en un gesto que hoy resulta llamativo, renunciaba a la jubilación de privilegio vitalicia que le correspondía.
Elpidio González fue vicepresidente, ministro de Guerra y jefe de Policía, y murió sin dinero porque consideraba que estaba mal cobrar por un cargo para el que el pueblo lo había elegido.
Fue un ejemplo como funcionario y continuó dando muestras de su compromiso durante toda su vida.
El 6 de octubre de 1938 renunció a la jubilación de privilegio vitalicia por su desempeño como Vicepresidente de la Nación, acompañando la presidencia del Dr. Marcelo T. de Alvear. Así las cosas, González sería recordado siempre como ejemplo de austeridad, rectitud, honradez y humildad republicana.
Resulta inevitable contraponerlo con la actualidad política argentina, donde hay una notoria degradación de los principios y valores de los políticos y funcionarios públicos.
Hoy miramos en la historia buscando estos gestos de nobles políticos que pensaban en el bien común, y nos ilusiona la idea de que los mismos otorguen un poco de luz y ejemplaridad ante la pálida y deslucida realidad a la cual nos enfrentamos cotidianamente.
Elpidio González sirve de ejemplo en este sentido, y debiera ser un faro de nuestra rica historia, que nos muestra que otra realidad y otro horizonte son posibles.
Por ese motivo: Hoy más que nunca, don Elpidio González, Presente.