Este pasado lunes caminé desde Loria y Avenida Rivadavia hasta Carlos Calvo al 1300, y luego volví desde esa dirección hasta plaza Congreso, también a pie. A lo largo de ese amplio recorrido por las calles interiores de Almagro, Balvanera y San Cristóbal, hallé a indigentes en una cantidad que jamás había encontrado, al menos desde que viajo a Capital Federal con cierta periodicidad, y esto ya se cuenta desde hace 30 años.
En esa caminata urbana por calles, donde la escenografía melancólica ofrece su rasgo distintivo, crucé a personas en situación de calle con los pocos enseres que les quedan, pasando por los típicos “vagabundos” revolviendo los tachos de basura, una numerosa cantidad de personas con harto evidentes signos de problemáticas de salud mental –graves- a cuestas, y bastantes jóvenes en paupérrimas condiciones de aseo y víctimas del demoledor accionar del consumo de drogas duras en plena vía pública. Y todo esto sucedió entre las 11 y las 16 horas. A plena luz.
Paralelamente, en un conurbano moronense más humilde pero a la vez menos violentamente extremo que lo antes enunciado, hace mucho tiempo que los supermercados carecen de las grandes colas de consumidores que supieron albergar antaño. Y en los comercios de cercanía, la norma más habitual son las caras largas de los vendedores –en su gran mayoría, negreados en sus condiciones contractuales y salariales- sin saber qué otra cosa hacer que no sea la tensa espera de algún cliente, cuando no de algún visitante indeseado que llegue a la búsqueda de afanarse la poca caja que haya hecho dicho local a lo largo de esa jornada.
Y todo esto ya lo hemos venido advirtiendo, por supuesto que en vano, desde hace años. Ahora ya se ven y se palpan las consecuencias concretas por doquier. Aunque habrá muchos compatriotas que nunca, pero nunca jamás eh, se harán cargo de las social y culturalmente horripilantes decisiones que ellos han ido tomando y a las cuales arrastran al resto sin importarles un pito lo que suceda más allá de sus propias narices.
Por caso. Que el árbol no nos tape el bosque para entender lo que se viene. ¿Qué sabe o qué tiene Espert, para que Javier Milei haya intentado ratificarlo hasta las –casi- últimas circunstancias?
¿Qué sabe de Milei y de su entorno más estrecho?
Como señaló días atrás Eduardo Aliverti, pase lo que pase con las diversas vicisitudes y escándalos que nos embarran social y hasta moralmente por estos días, la resultante es que el gobierno ya deambula a tientas, completamente a ciegas. ¿No puede (¿y no quiere?) garantizar un tránsito sereno hasta el 26 de octubre? Después… después llega el atronador verso de “Sur… paredón y después”. Porque el después puede ser incomparablemente más dañino y bizarro que un presente apenas atado con alambres… con puros alambres que hieden a pestilencia yanqui, claro está.
Nunca son las finanzas lo que arregla o desarregla la economía: son las decisiones políticas sobre la economía lo que conduce a las finanzas. Este mamarracho sólo ha intentado operar un plan de estabilización para los ricos y estafadores consuetudinarios, a costa de un ajuste contra los más débiles como jamás se vio. Excepto por el sector energético y minero, el de las finanzas y algunos ligados a los servicios del conocimiento, no hay área de la economía que no esté con la cabeza bajo el agua o en vías de desplomarse.
Entre tanto, el caso de José Luis Espert es, a todas luces, un manual de todo lo que un gobierno más o menos serio no debe hacer cuando queda atrapado por un escándalo. Si esto no fuese Argentina, ya estaríamos hablando de un gobierno terminado y enterrado. Pero acá nunca se sabe. Una buena parte de nuestra masa crítica crea las condiciones para que cualquier engendro político pueda sobrevenir, acaso una y otra vez con distintas caretas, para continuar haciendo mierda al país, y dentro del mismo claro está, a cada uno de nosotros. Incluso y muy particularmente, a esa recurrente masa crítica que impulsa el arribo de estas experiencias genuflexas al imperio del norte.
Así las cosas, habría que esperar para ir dilucidando en cuánto le pega este maremoto narco al gobierno en las venideras elecciones legislativas. Aún cuando la lista la encabece la otrora femme fatal y capocómica, Karen Reinhardt, el fantasma de Espert seguirá sobrevolando todas las áreas sociales por tratarse de un escándalo de magnitudes y demasiado fresquito de acá al 26 del corriente. La memoria social argenta es selectivamente demasiado corta… pero no a tales extremos. Eso supongo.
Cuesta imaginar, a esta altura, qué clase de argentinos, con qué estómago y con qué basamentos de moral personal puedan ir y marcar con la crucecita a la boleta de un oficialismo empapado en escándalos que rozan al narcotráfico y a la malversación de fondos a gran escala y de modo cuasi sistemático. Por caso, recientemente se revelaron los audios en los que los propios “espías” pagados por Mauricio Macri informaban acerca de escandalosas sumas que gastaba tiempo atrás (y no tanto) el dirigente del Pro, Diego Santilli, calculadas en bastante más de un millón de dólares en gastos “básicos” familiares en el período de apenas un año. Y una conclusión dentro de ese mismo audio, tildándolo de “narco”. Luego, si alguien tiene la vocación, las herramientas y las agallas, se deberá investigar con celeridad todo ello. La periodista Nancy Pazos, con suma elegancia, preparó el terreno apenas 48 horas atrás para lo que se avecinaba. Las acusaciones están, aparentemente los números muy irregulares, también, y la mierda chorrea por todo ese bloque… y si por caso hubiera dirigentes honestos en esas filas, que sin duda alguna los hay y son muchos, sepan que mientras hagan la vista gorda quedarán inexorablemente salpicados hasta el tuétano con cada uno de estos mega escándalos.
No hace falta ya saber el exacto resultado electoral para constatar que se vendrá una devaluación después del 26. Paralelamente, se irá verificando cuál oposición habrá de encontrarle la salida a esta telaraña. ¿Una que le dé formas más modositas al extremismo vigente, sin afectar a ninguno de los factores de poder que nos empujaron a esta ciénaga colonial? ¿U otra que necesariamente incluya al peronismo en todas sus variantes “no alineadas con el Círculo Rojo”, aceptando y abarcando a su nuevo liderazgo, que ya todos admiten pero casi ninguno se atreve, aún, a mencionar abiertamente?
Sepámoslo de una vez: En tiempos que se avecinan tan ásperos y violentos como de indispensables aires nuevos, ya no le alcanzará, a nadie, con aferrarse a remixar viejas canciones.
Milei será recordado como un procer xq se va a incinerar tratando de salvar al país de la festichola peroncha kukarda que estropeó las arcas públicas para siempre.
Hay que ser muy termo o muy zurdo que para el caso es lo mismo, para no ver la realidad. Milei están grandes como San Martin o Carlos Menem los únicos que hicieron lo que tenían que hacer x la patria en cada momento.
Estaría buenísimo que desarrolles los detalles que conocés de la FESTICHOLA PERONCHA KUKARDA, porque muchas veces discuto con KUKAS y me quedo SIN ARGUMENTOS cuando me enumeran que NO PERMITÍAN el CARRY TRADE, que estaban fabricando BUQUES, TRENES, reactores NUCLEARES, SATÉLITES geoestacionarios, que tenían un CEPO de 2500 DÓLARES y que cada vez que buscaron el DINERO KUKA, encontraron las CUENTAS MACRI-RADICALES-MILEIANAS.
Afirmar que SAN MARTÍN es igual a MÉNEM es de extramuros. Típico e increíble.