Cabe destacar que cuando nos referimos a que algo es natural nos referimos a que es propio o relativo a la naturaleza, también a aquello que está conforme a la propiedad o calidad de las cosas o aquello que sucede con cierta regularidad. Ahora bien,  el concepto de naturalización según Marqués (1981),[1]refiere a un fenómeno que lleva a los seres humanos a considerar sus acciones y sus creencias como naturales o ligadas a la naturaleza.  Esta naturalización puede considerarse como un discurso dominante en la mayoría de las sociedades actuales. Al atribuir causas naturales a los hechos sociales,  y a sus relaciones entre actores como las que surgen del proceso de producción, los  individuos y los grupos se alejan de la compresión de las reglas sociales que guían los comportamientos de la sociedad y que pueden, por ejemplo, impactar en el medio en el cual nos desenvolvemos.

En referencia a la percepción del efecto de los agrotóxicos en el ambiente y en consecuencia a la participación para reducir o restringir el efecto de los mismos, no resulta una tarea ni sencilla, ni agradable convocar a la comunidad a compartir sus percepciones, opiniones, visiones acerca del impacto del modelo económico en general, y de las sustancias tóxicas en particular. Muy por el contrario, se trata de una tarea sembrada de escollos, dudas, contradicciones, temores, de idas y vueltas como en cualquier relación humana.

Una enumeración de las variables que propician el proceso de percepción de problemas ambientales y participación ciudadana incluyen: a- El grado de inclusión que los seres humanos establecemos respecto de la naturaleza y desde allí las relaciones que mantenemos con ella. B- El vínculo establecido con las actividades productivas. C- La actividad laboral desarrollada. D-La zona de residencia, su proximidad y relación con las actividades productivas. E- La posibilidad del desarrollo de enfermedades existente en cada ser humano. F- La diferente capacidad de percibir síntomas de enfermedades.

Para abordar este problema se requiere un análisis sistémico holístico. La reducción en la diversidad biológica junto con cambios en los modos de nutrición de los suelos en los predios agrícolas ha determinado una transformación en los flujos, relaciones y ciclos naturales, aspecto que implica una mayor utilización de plaguicidas y fertilizantes de origen sintético con el consiguiente impacto social, ambiental y económico, incluido el cambio climático.

La agroecología es un modo de percibir, reflexionar y actuar en nuestra realidad agraria a partir de lo cual perseguimos el fin de integrarnos nuevamente a la naturaleza para desde allí, recomponer los lazos entre los seres humanos y la armonía al interior de cada ser vivo. Buscamos restablecer el equilibrio a partir de establecer y enriquecer flujos, ciclos y relaciones permanentes entre los componentes de los agroecosistemas, con el cosmos y la sociedad en la cual vivimos.

La agroecología, a partir de una cosmovisión que busca una relación diferente entre los seres humanos y al ambiente además persigue los objetivos de:

  • Recrear Agroecosistemas Sustentables; Dar vida y obtener productos recreando relaciones entre todos los seres vivos de tal manera que en el ecosistema se minimice la necesidad y aplicación de insumos o energía que provengan fuera del predio
  • Lograr una productividad sustentable, esto es una adecuada producción por unidad de tierra, agua o trabajo aportado que se mantenga de forma equilibrada a lo largo del tiempo, pudiendo ser aprovechada por futuras generaciones
  • Obtener Equilibrio dinámico de tal manera que el predio se sustente en un equilibrio entre la relación de las variables predominantes del sistema, tanto a nivel ecológico como económico y administrativo
  • Alcanzar Resiliencia, esto es que el sistema pueda responder y retomar a su estado de equilibrio de manera favorable frente a los cambios internos y proceso externos, por ejemplo, una sequía o un huracán. Es esto lo que están buscando los productores de Santiago del Estero al integrar las especies del monte natural con el cultivo de especies anuales y perennes y la cría de animales
  • Obtener Equidad dentro y entre generaciones para que todos podamos vivir con alegría, alimentándonos con comida sana y disfrutando de la naturaleza a la cual estamos unidos y de la cual dependemos.
  • Sustentar los servicios ecosistémicos; es decir todo aquello que la naturaleza nos brinda y hace por nosotros de manera gratuita, por ejemplo, la polinización de las plantas como el tomate, la absorción de agua de lluvia, etc.

Dentro de la propuesta agroecológica también se busca alcanzar la consecución de la soberanía alimentaria que además de un derecho inalienable de las comunidades en relación a la producción, el acceso continuo y la calidad intrínseca de los alimentos, incorpora la protección del suelo y el uso adecuado del agua, que representa un ejercicio de protección a los productores familiares que viven de su trabajo y, por cierto, la existencia digna de toda la población, se transformó en otro eje conductor de las normativas constitucionales. Este debería ser el punto de partida de las políticas agrarias e incluso de la recuperación del verdadero patrimonio nacional: su biodiversidad.

Desde diversos convenios y acuerdos internacionales, aunque con distinto énfasis y recursos cedidos, se busca reemplazar a los plaguicidas, prohibidos y restringidos, no ya por otros plaguicidas sino por estrategias, prácticas y tecnologías agroecológicas. En Argentina ya desde las organizaciones de la sociedad civil, las universidades y las instituciones del estado, y últimamente desde las empresas privadas, se busca promover la producción, la comercialización y el consumo de alimentos agroecológicos. 

Entre los elementos a tener en cuenta en la propuesta agroecológica aparecen:

  • La defensa de los territorios
  • La discusión sobre la tenencia de la tierra
  • La vinculación de la soberanía alimentaria con la agroecología a partir de las dimensiones de producción acceso y calidad de los alimentos
  • La imbricación de los aspectos económicos con los sociales
  • La valorización de los saberes asentarles y su “mestizaje” con los conocimientos científicos
  • La valorización de una historia rica de co-construcción de saberes ( la agroecología no es algo nuevo o de moda )
  • La relación incuestionable de la agroecología con la equidad de género y entre generaciones 

En las prácticas establecidas en el paradigma agroecológico se busca enriquecer y articular el conocimiento comunitario recreado en las familias productoras a partir del desarrollo de las actividades cotidianas y de las relaciones de intercambio, junto al conocimiento científico generado dentro de las universidades y centros de estudios.

Una lista de las prácticas desarrolladas por los productores en las diferentes regiones de la Argentina incluye:

  • La integración del cultivo de vegetales con la cría de animales
  • Las rotaciones de cultivos de diferente tipo y hábitos de crecimiento
  • La asociación de cultivos anuales y perennes, herbáceos y arbóreos
  • La Recreación dentro del predio de espacios libres de cultivo donde crezcan las plantas silvestres, los llamados caminos de biodiversidad
  • La utilización de cercos vivos alrededor y dentro del predio
  • La utilización de abonos verdes
  • La agroforestería; la integración en el cultivo de plantas herbáceas y árboles silvestres y cultivados
  • La utilización de coberturas vegetales vivas y muertas sobre el suelo
  • La alimentación del suelo con residuos de cosecha
  • La confección de aboneras
  • La utilización, conservación e intercambio de semillas de variedades criollas y de los pueblos originarios
  • La cría de animales a partir de razas criollas.
  • La utilización de preparados en base a extractos de hierbas, estiércol animal y sales minerales para el manejo de insectos y enfermedades 

La posibilidad de desarrollo de propuestas de base agroecológica también debería vincularse con los planes de arraigo de la población rural, en efecto, uno de los problemas que se enfrentan en la actualidad se vinculan con la migración producto de, entre otros factores, la falta de incentivos, entre ellos de  trabajo digno y adecuados ingresos.  La agroecología no sólo recrea la necesidad de mayor demanda laboral en el desarrollo de las actividades, sino además vinculadas a mayor creatividad y alejadas de la utilización de insumos contaminantes, como lo son los plaguicidas.


[1] Marqués Vincent 1981. No es natural. Para una sociología de la vida. Anagrama. Barcelona.  

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